Las investigaciones muestran que
el 75-90% de las visitas al
médico se deben al estrés
relacionado con alimentos y
trastornos, y que el estrés
prolongado puede liderar a ambos
problemas mentales y físicos. El
estrés puede también afectar el
proceso de la enfermedad desde
el inicio a través de su
progresión y a través de la
etapa de recuperación, incluso
cuando hay otra causa de
enfermedad. El estrés es un
problema serio. La buena
noticia, y tal vez "mala
noticia", es que podemos tener
el control sobre la mayor parte
del estrés en nuestras vidas. El
estrés
y sus causas no es algo ajeno que nos
"ocurre" a nosotros. Es, en
esencia, algo que ocurre en
nuestras mentes. William James
nos recuerda, "el mayor
arma
contra el estrés es nuestra
capacidad de elegir un
pensamiento sobre otro". El
primer paso para llegar a
manejar el estrés es la
comprensión de lo que es.
¿Qué es el estrés?
En pocas palabras, el estrés es un fenómeno de dos partes que se produce cuando nuestro equilibrio personal es perturbado por diferentes desafíos, obstáculos y presiones que se dan en nuestra vida. Tiene tanto una respuesta física como mental.
Nuestra respuesta natural del cuerpo a una amenaza es entrar en el modo "huida o pelea", con el corazón latiendo, los músculos tensos, la respiración es más rápida, todos los sentidos se encuentra en alerta roja. Esta respuesta salvó la vida de nuestros antepasados en los tiempos de los hombres de las cavernas. Hoy, sin embargo, rara vez nos enfrentamos a grandes osos pardos o a tigres reales.
En cambio, estos "osos pardos" están dentro de nuestra cabeza. Son amenazas “percibidas”. Cuando estamos estresados por una discusión con nuestra pareja o con un amigo, por ver las cuentas, o por algún otro motivo similar, esto también nos puede poner en modo automático. Si tenes un montón de preocupaciones y responsabilidades, seguramente estas luchando contra el estrés una buena parte de tu tiempo, con todas las llamadas telefónicas desagradables, embotellamientos de tráfico, o incluso alguna noticia de ultimo momento que te pone en modo de emergencia.
El problema es que.... cuanto más este activa la respuesta al estrés, más difícil será apagarla. Y en vez de que vuelva a bajar una vez que la crisis haya pasado, tus hormonas de estrés, la frecuencia cardiaca y la presión arterial permanecerán elevadas.
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