Todo crédito
hipotecario se desarrolla
primeramente mediante el pedido
o
solicitud de un préstamo de
dinero a alguna
entidad
financiera la cual puede ser un
banco o una institución o
persona privada. Este préstamo
posee la particularidad de
poseer un bien inmueble colocado
en garantía de tal manera que si
la deuda dejara de pagarse, ese
bien sería rematado para que el
acreedor realice el cobro.
Una de las consideradas
ventajas que poseen los créditos
hipotecarios es que, en función
del bien que poseen en garantía,
y siendo la tasa de morosidad
muy baja, la tasa de interés
financiera es también bastante
baja. Esto hace que se puedan
lograr plazos muy largos de
financiación los cuales en
algunos territorios llegan hasta
los 20 o 30 años.
El destino que puede darse a
este dinero se encuentra
relacionado con el bien en
garantía, el cual es
habitualmente una
vivienda. Por
ello, el uso que se le da a este
dinero es la compra de una
nueva
casa o apartamento o, en todo caso, la
planificación de la realización
de una refacción integral del
mismo.
Recomendado:
Calculador de hipotecas.
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