Tomás de Aquino explica con maestría esta cuestión. El texto que sigue corresponde a la Suma Teológica, primera parte de la segunda parte, cuestión 2, artículo 1:
Es imposible que la bienaventuranza del hombre consista en las riquezas. Hay dos clases de riquezas, como señala el Filósofo en I Polit., las naturales y las artificiales. Las riquezas naturales sirven para subsanar las debilidades de la naturaleza; así el alimento, la bebida, el vestido, los vehículos, el alojamiento, etc. Por su parte, las riquezas artificiales, como el dinero, por sí mismas, no satisfacen a la naturaleza, sino que las inventó el hombre para facilitar el intercambio, para que sean de algún modo la medida de las cosas vendibles. Es claro que la bienaventuranza del hombre no puede estar en las riquezas naturales, pues se las busca en orden a otra cosa; para sustentar la naturaleza del hombre y, por eso, no pueden ser el fin último del hombre, sino que se ordenan a él como a su fin. Por eso, en el orden de la naturaleza, todas las cosas están subordinadas al hombre y han sido hechas para el hombre, como dice el salmo 8,8: Todo lo sometiste bajo sus pies. Las riquezas artificiales, a su vez, sólo se buscan en función de las naturales. No se apetecerían si con ellas no se compraran cosas necesarias para disfrutar de la vida. Por eso tienen mucha menos razón de último fin. Es imposible, por tanto, que la bienaventuranza, que es el fin último del hombre esté en las riquezas.
La Bienaventuranza, como lo demostró Jesús, consiste en aceptar la voluntad del Padre y en dar la vida por ello…, la forma la obtenemos del Mandamiento Nuevo: «Amarás a Dios sobre todas las cosas, amarás a tu hermano como a ti mismo, amarás aún a tu enemigo…». Igino Giordani, co-fundador, con Chiara Lubich y otros, del Movimiento Focolar en la Iglesia Católica, nos dice en un libro de su autoría que el orden de la creación es: Dios, el hermano y yo. Si aceptamos ésto creo que está todo claro…, no?.
Excelente reflexión sobre las riquezas verdaderas. La idea es evaluar cuales son las riquezas que nos alimentaran y ayudarán a crecer.
Es un pensamiento hermoso. También es cierto lo de la buenaventuranza como fin último. Yo imagino que Aquino formó sus pensamientos en una época en la cual, alcanzaba caminar con una túnica, tener o no tener un caballo y nada más. Había más tiempo para pensar y disfrutar verdaderamente de la espirutalidad, de un lindo amanecer, etc. Hoy lo ideal es mantener un equilibrio entre lo «artificial» y lo natural o verdadero. Pero hay otro filósofo moderno, Maslow, que diseñó una pirámide que se adecua más a nuestros días. Hoy si no pagamos nuestras cuentas tenemos que vivir bajo un puente. Y la verdad, no es mi estilo. Esos pensamientos son muy buenos para «vacacionar» nuestras mentes.
HOLA
APROVECHO ESTE MEDIO PARA PEDIR INFORMACIÓN SOBRE LA CIENSOLOGIA, ME GUSTARIA SABER SU OPINIÓN SOBRE ESTA.
mil gracias por esta informacion gracias!!!!!!!1