Nadie puede cambiar lo que no admite. ¿Cómo podemos erradicar la pequeña voz dentro de nosotros que nos causa sentimientos de miedo y frustración? Cada vez que nos tropezamos con experiencias temerosas durante un largo periodo de tiempo, comenzamos a desarrollar una voz interna negativa, a la cual me gusta llamar Crítica Interna. Todos poseemos esta voz interior que hemos creado y nos permite vivir con nuestros pensamientos. Nuestra Crítica Interna se desarrolla mientras maduramos en la vida, como resultado de estar expuestos a experiencias negativas y temerosas. Mientras continuamos madurando en la edad adulta, esta voz comienza a fabricar duda en nuestra mente frente a cualquier oportunidad que se nos presente.

La esperanza y el miedo

Nos habla por medio de frases como “No puedes hacer esto…”, “eres muy viejo para comenzar algo así…”, “no tienes las habilidades necesarias para intentarlo…”, “¿qué van a pensar todos si tomas esta decisión?”, “acepta la vida que tienes, estás bien así como estás…”, “no mereces ser rico…” o “¿qué va a decir la gente cuando fracases?”.

Todas estas son frases que me ha gritado mi Crítica Interna a lo largo de mi vida…, hasta que decidí tomar el control de mis pensamientos y planear la vida como yo quería vivirla. La realidad es que todos construimos esta voz interna que vive dentro nuestro. Los pensamientos positivos ayudarán a acallarla. A lo largo de este texto aprenderán estrategias y actitudes prácticas que silenciarán tu Crítica Interna. No importa si tienes 20, 30, 40 u 80 años, nunca es demasiado tarde para aprender de tus experiencias pasadas y crear el mapa de la vida que deseas. Esto es de lo que se trata ser un agente del cambio. Es crecer, aprender y mejorar nuestro bienestar. Este artículo trata sobre el enfrentarse a los propios miedos y vivir la vida que escojas vivir. Solemos invertir gran cantidad de tiempo en nuestro hogar, nuestra carrera y nuestras relaciones, lo cual es algo muy bueno, pero pasamos muy poco tiempo creando un cielo seguro que poder llenar de deseos y esperanza.

Mientras viajaba dando seminarios por lo general hacía un esfuerzo consciente para hablar y observar a las personas detenidamente, con el intento de identificar si tenían un plan para su vida. He descubierto desde entonces que muchas de aquellas personas estaban experimentado fatiga, sufrían de ansiedad debido a su agenda de trabajo y se encontraban carentes de un sentido de dirección. Están realizando las tareas cotidianas y no se encuentran felices con lo que su esfuerzo está produciendo. Son su peor enemigo. Emergía claramente un sentido de frustración y desesperanza. Les pregunté a algunos de ellos si tenían algún plan para su futuro o si simplemente aspiraban algo. Lo que recibí fueron respuestas similares a “Realmente, nunca me puse a pensarlo…” y “No, no tengo nada en mente”.

Vencer el miedo con esperanza

Ciertas investigaciones sugieren que aproximadamente el 95% de las personas fracasan al proponerse metas formales que sirvan como guía para el éxito. Crear un plan personal no debe implicar grabarlo en piedra, pero sirve como una guía orientantiva. Este plan personal nos mantiene enfocados en nuestra “Visión”, actúa como mapa de ruta y esencialmente estimula nuestro actuar. Si una persona no crea un plan personal, la falta de acción durante un día servirá como catalizador para que el miedo se manifieste. Como resultado de esto muchas personas comienzan a vivir sin consuelo. Luego de años de sobrevivir dentro de esta burbuja, las personas se encuentran “sobreviviendo la vida” más que “prosperando y evolucionando en ella”. Con el fin de revertir este ciclo del miedo, necesitamos identificar los miedos que inundan nuestra vida. Este miedo, que controla nuestra falta de acción, fortalece nuestra Crítica Interna. Una vez que nos movemos dejando atrás los miedos, estaremos preparados para movernos con un plan de acción diseñado para llevarnos hacia lo que estamos llamados a ser. Aquí te presentamos cuatro preguntas que te ofrecerán un poco de claridad al momento de dejar atrás el miedo:

Los cuatro porqués:
1. ¿Por qué temo tomar las riendas de mi propia vida (o de un área específica de mi vida)?
2. ¿Por qué elegí estar donde estoy ahora?
3. ¿Por qué no puedo perseguir mi deseo de cambio?
4. ¿Por qué no estoy implementando un plan de acción?