Temo decirles, mis queridos lectores, que hoy que la espiritualidad está de moda (¿puede ponerse de moda algo así? ¡Nuestra cultura occidental da para todo!). Por esto es habitual encontrarnos con que en distintos medios y a través de distintas personas se habla de espiritualidad. Muchos de ellos no saben qué es, pero hablan de ella. Está presente en cada rincón de nuestra vida, lo sepamos o no (al menos así nos quieren hacer creer sus “nuevos” mentores).
Entre las diversas especies de habladores pro espirituales, están los comunicadores sociales (periodistas, locutores de radio, etc.), especie notablemente rara si la hay, con un oficio no menos curioso: hablar largo y tenido, y “en profundidad”, de lo que apenas sospechan, y poco menos que saben. Esta especie, anhelando subirse a la caudalosa corriente comercial que conlleva toda moda, se lanzan a escribir libros de espiritualidad que nos provean de un “combustible” y de otras semejanzas alarmadoramente ficcionales.
Además, en las conversaciones diarias de café o en el gimnasio, entre amigos y conocidos, no puede faltar hoy en día la palabra “espiritualidad”. Se la debe pronunciar indefectiblemente, dicta el imperativo de la moda que nos ocupa, cada unos pocos párrafos, y se la debe colocar como la causa de todo lo que sucede. La espiritualidad es “lo más”.
En las escuelas y universidades asombra la ligereza con que algunos profesores mencionan la palabra. Claro, en dichos espacios es imperdonable no estar a la moda.
Así, se nos conduce a la precaria idea de que hoy todo es “espiritual”. Este mundo material se reduce a lo “espiritual”. “Todo tiene que ver con todo”. Todo lo que nos pasa tiene una causa “espiritual”. Todo es una ilusión salvo lo “espiritual”. Y vamos hacia la “espiritualidad”, el “espíritu”, nuestra verdadera “casa”. Aja.
Al modo de un budismo zen mal entendido, combinado con una ligereza conceptual típica de nuestros tiempos, hoy la espiritualidad es como un “diluyente universal” el cual, al modo de los diluyentes para pinturas, son capaces de diluir toda realidad y hacerla una “nada” o un “todo”. Un curioso caso de panteísmo “a la carta”.
Esta “Pseudo Espiritualidad”, he ahí su verdadero nombre, no es una verdadera espiritualidad, pues no habla de Dios, la verdadera fuente de espiritualidad. Y no habla de Dios pues hoy no está de moda hablar de Dios. Hoy, al que habla de Dios y lo nombra claramente, se lo mira sospechosamente, desconfiadamente. En círculos académicos es poco más que un grave pecado, una declaración de incapacidad intelectual. Entre amigos hace que el que lo nombra corra el riesgo de ser eyectado del grupo. En los medios periodísticos… bueno, están esperando que se ponga de moda.
Ese muchachito humilde, el nazareno, dijo: “A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos”. Aja.
La verdad es que se oculta a Dios pues su aparición en escena trae consigo una moralidad que no es la nuestra, sino que es la de El. Un camino de vida que no es nuestro. Pero nosotros queremos seguir con nuestra vida según nuestro propio plan, no el de Algún Otro. Por ende, construimos una espiritualidad a nuestra medida, a la carta, que nos brinde ciertos beneficios de trascendencia pero que no nos pida nada a cambio. ¡No sea cosa que tengamos que vivir una vida de santidad!
Inmersos en nuestro hiper narcicismo materialista, construimos una espiritualidad infantil e inmadura, a nuestra pobre medida, para satisfacer nuestras pobres necesidades materialistas y terrenales. Esta “pseudo espiritualidad” está construida para que el hombre pueda lograr bienes materiales en abundancia, pero no para ser cada vez más virtuoso, bueno, santo. ¡A quién le importa el plan de Dios para el Universo! ¡Lo que importa es nuestro propio plan de cosas a tener!
Bien por el hombre que hace esto.
Por Hugo Landolfi
Hugo, estimado amigo deberia dividir en dos el comentario, en primer termino es razonable lo que opina el articulo sobre los conductores o periodistas, en su defensa debo emitir, como conductor Radial algunas consideraciones, no todas las personas que hablan en los medios estan desinformadas sobre los temas espirituales, en mi caso particular soy Consejero Cristiano y trato de compartir con la audiencia material útil para la familia basado en la Palabra de Dios, ligado a contenidos de Psicologia.
Entiendo que muchos oyentes estan ansiosos de otras cosas más superficiales y sin compromiso ético ni moral y es por esa razón que proliferan los mercaderes de la espiritualidad, ya lo dijo Jesús cuando purifico el Templo.
Entiendo que muy distinto es hablar y difundir una Escuela de liderazgo como usted lo hace, donde trata de lograr un ser humano más elevado y con mayor sabiduria, adelante el camino es arduo, un abrazo.
Hola Hugo:
Llevo un tiempo siguiendo tus artículos y, ciertamente, me gusta tu estilo. Es fresco y sincero. Me gusta mucho la filosofía, pero entendida de la manera en que tu la propones, es decir, no como un aburrido libro de texto, sino como la verdadera guía para alcanzar la virtud, que en definitiva, es nuestro más importante propósito, aunque no lo queramos aceptar.
Por una parte, es correcto no generalizar, pues con ello arrastramos injustamente a quienes, como Néstor, entienden sobre espiritualidad y ética, y además, la practican.
Pero, lo que sí es cierto, es que ahora estamos dormidos y empujados por una sobrecarga de consumismo, que impide, a toda costa, que nos enfoquemos en nuestro interior, que es donde están todas las respuestas.
Creo que la Autoayuda no es mala, pero tiene un gran defecto; ha dejado al hombre creer que es más importante de lo que realmente es, y esto ha ocasionado eso que llamas «espiritualidad a la carta», pues cada quien cree tener derecho a crear sus propias reglas de convivencia, olvidando por completo a la Divinidad Universal, Dios o como cada quien lo llame y las leyes que de ellos emanan y nos rigen.
Saludos y adelante. Aunque no es lo que la gente quiere escuchar, ya llegará el momento en que se den cuenta de que éste, es el camino correcto.
Sì nos suituamos en la dinàmica del interes mundial, encontramos una persistente actitud de interes por la Espiritualidad con el ùnico y mal sano propòsito de percibir beneficios, abrigando egolatramente sus propio beneficio. Razòn suficiente para comprender que el » hombre y su yo » no alzanzado a sentir y rercibir la verdadera prresencia de Dios. No obstante nuestro Papito Dios ha extendido su maravilloso » AMOR » para apartarnos para êl como sus verdaderos hijos hacia èste maravilloso e inagotable plan de Salvaciòn que tiene para los que rinden su Corazòn y su ser.
Dios les bendiga y guarde todos sus caminnos
Los seres humanos están fuertemente unidos por su constitución química y por la aureola que se forma de ella y que se fortalece del conocimiento intelectual y espiritual
La parte química se alimenta de lo material que ella necesita para satisfacer sus necesidades (En el amplio sentido mundano).
La parte intelectual y espiritual va mas allá de las actitudes necesarias para convivir en valores son el entorno, va a fortalecer lo TRASCENDENTAL del ser humano, su espíritu, lo lleva a formar una espiritualidad tan fuerte e identificada con la FE, ésta se sustenta en la respuesta divina a la muerte, se alimenta con el liderazgo que Jesús, “el muchachito humilde”, demostró con su liderazgo de enseñar con el ejemplo, en su vida y despues de su muerte.Demostró que si hay vida después de la muerte y prometió a sus seguidores gozar de la luz eterna.
La visión de la espiritualidad humana, es ver a la muerte como el impulso de nuestra mano para encontrar al otro lado la de Jesús.
Bajo esta concepción incomprendida por el marketing comercial, tremendamente globalizado se crean, siguiendo la terminología culinaria; aderezos de diferentes colores y sabores que alienan con un término folklorico de espiritualidad y muy alejado de su conceptualización e importancia para fortalecer la trascendental parte espiritual que vive después de la muerte química de los humanos. .
Se queremos seguir vivos y nos recuerden los que nos precederán en la vida alimentemos nuestra espiritualidad y así transmitiremos energía a los vivos después de nuestra muerte. Lo certifico Jesús con su ejemplo, Fue, es y será alimento; El pan de vida.
Nestor, querido, Usted es la excepción que confirma la regla! 😉
Un abrazo, Hugo
Gracias querida Zulay por tus amables palabras.
Saludos, Hugo
Estimado Hugo: La verdad es que me sorprendí al leer tu comentario. Inmersos en un mundo materialista, donde todo es superfluo, donde la apariencia es lo que prevalece, la pseudoespiritualidad parece darle al ser humano un aire de distinción. Sin embargo, cuantos cristianos vivimos diciendo creer en Dios, vivir según su voluntad, hablar tambíen de espiritualidad, según Dios, pero nuestros actos demuestran lo contrario. Muchas hacemos de Dios nuestro talismán para que responda a nuestras «necesidades» o deseos.
Cuan bueno es recordar que Dios tiene un plan para nosotros y que debemos reconocerlo a El como Ser Inteligente que sabe lo mejor para nosotros y lo ha revelado a todo ser humano. ¿Nos someteremos a su voluntad?
La verdad es que leer tus palabras fueron como un balsamo, un aliento, en este día, en medio del desierto de este mundo. Dios te bendiga a vos y a tu equipo. Martin
No hace mucho tiempo aprendí que un ser espiritual es aquel que tiene siente y transmite mucha paz o sea esta ¡tan cerca de Dios! por que lo imita y pone en práctica sus enseñanzas. Saludos. Sandra Mabel.
En Jesus la espiritualidad esta expresada en su maxima manifestación, El es el «Verbo hecho carne», dirian los antiguos credos, 100% Dios, 100% hombre, se cansa y se sienta junto al pozo, pide de beber, sana leprosos, resucita a Lazaro, Su amigo.Es que la espiritualidad deberia ser el estado, «natural», queriendo decir, que dependemos de Dios para todo. El apostol Pablo lo expresa que tenemos este «tesoro» (la fe), en vasos de barro. Muy acertado el articulo.
me gusto mucho el enfoque que le da a diversas situaciones diarias que vivimos en este sistema materialista y humanista que tenemos ahora en nuestra querida america latina, pero lo mas grave segun mi punto de vista y de razonar que e adquirido es que el mismo pensamiento se esta introduciendo en las iglesias que para mi debian ser muy diferentes en todo, tanto en actitud como en enseñanza, pero me alegro que halla personas que aprendan por los articulos que ud comparte, muchas gracias
y que Dios le de mucho mas de lo que le ha dado.
Hola! Mi nombre es Marién Estrada y estoy trabajando en un proyecto de televisión (Canal 11) en la Ciudad de México sobre espiritualidad y me gustaría entrevistarte sobre el tema. Ojalá podamos coincidir. Gracias y saludos!
Hola Hugo. Como individuo que soy, me gusta la manera sutíl con la que te refieres a la espiritualidad, desde un Dios creador, y más luego la propia evaluación del entorno, que hace a tu profundidad.
Desde las ideas de la humanidad y nuestros pensamientos damos al mundo infinitas «modas». Acaso no hablaremos de lo mismo, sólo que le ponemos nombre propio en cada época? Dios, Yahvhé, Jehová, Universo, fuerza creativa etc…que tan importante es, cuando la manera más sencilla que tenemos es la de medirnos por actitudes ante la vida y un juego de palabras… de los unos a los otros…y viceversa.
Estamos rodeados de información.Y en la diversidad está la majestuosa obra de lo que somos. Todos líderes, que se ponen al servicio, según los antojos de su libertad.
La «New Age» como también se le llama, evidentemente pone al descubierto todas las necesidades inventadas para un bienestar a eternizar. Implica responsabilidad y estudio permanente de nuestras capacidades, no vaya a ser cosa que Uno se quede afuera de la plenitud de vida antes definida.
Creencias y más creencias…donde nadie debería ofenderse, ni ser el moralista de turno, si no más bien gozar de la bondadosa inteligencia y su virtuosas herramientas.
Gracias por llevarnos a la reflexión y convicción en la filosofía cotidiana de expresar sabiduría.
Un abrazo.