El evangelio de Lucas relata el encuentro de Jesús con Marta y María, que son, en realidad, Marta y María de Betania, hermanas de Lázaro, a quien Jesús hubiera resucitado estando muerto, y en la casa de quienes se hospedó, al menos, en tres oportunidades. Dicho relato, pertinente al tema que nos ocupa, centra su cuestión en el tema de qué es lo importante dentro de las actividades del ser humano.
Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile pues que me ayude”. Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas. Sin embargo una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”.
Todos somos Marta y María. En realidad, todos somos Marta o María, pues no podemos ser ambas al mismo tiempo. Podemos ser solamente una de ellas a la vez y adoptar sus actitudes de vida solamente de una a la vez. Y el centro de la enseñanza de Cristo radica justamente en algo que atañe al tema que nos ocupa en este texto: las adicciones o, más genéricamente, los anestésicos.
Nuestro mundo actual, al igual que Marta, se afana en realizar actividades frenéticas que no solamente no son importantes sino que lo alejan de su propio centro, de su humanidad. Frente a este, a su alienación, el hombre se desespera, siente dolor por el sin sentido de su propia vida, entra en la desesperanza, y se lanza al consumo de anestésicos de todo tipo y color. Pero Cristo, todo el tiempo, nos dice a las Martas del mundo, que seamos como María. Nos dice que no es necesaria agitarnos por muchas cosas sino por una sola y que esta, mensaje que se encuentra en general en todos los Evangelios, es la que nos dará la esperanza que puede hacer tolerable el dolor de vivir frente a la muerte pero ahora con un sentido y un significado plenos, pues llegamos a entender que esta vida se ordena a otra, y que finalmente nos espera la transcendencia en la visión de Dios, la fuente última de nuestra esperanza.
Pero nosotros queremos ser Marta, no María. Queremos tener cosas —tener, no ser—, entregarnos a actividades que nos alejan de nuestro núcleo humano, olvidarnos del prójimo —porque nos hemos olvidados de nosotros mismos— y luego anestesiarnos frente a la desesperación, el dolor, la angustia y la desesperanza que todo eso genera.
¿Y si de a poco aprendemos a ser como María? Nuestra intención en el presente texto se orientará hacia ello. Dado que si vivimos fruto de la angustia frente a la falta de significado sobre nuestra vida, y nos anestesiamos y drogamos como actitud frente a ello, tal vez lo mejor sea ir, lenta y paulatinamente, dejando las drogas, los anestésicos de cualquier tipo que sean, e ir encontrado el sentido y significado de nuestra vida allí donde se encuentra. En vez de anestesiarnos por no encontrarlo allí donde no se encuentra, vivir humanamente y plenos de sentido por buscarlo allí donde efectivamente se encuentra. ¿No es esto lo más razonable?
Porque lo que propone Jesús ante esta disyuntiva —Marta o María— es un orden de prioridades y también de cantidades. Hay solo una cosa importante; lo demás no es tan importante. Y a cada cosa se le debe entregar tiempo en relación directa a su importancia. Lo cual no significa que lo menos importante, o secundario, deba ser dejado de lado. De las cosas importantes, solo hay una. Nuestro error consiste en considerar importantes cosas que no lo son, y en quitarle importancia a la única cosa importante de nuestra vida. Esto lleva a una tergiversación de prioridades de la vida de la persona humana típica del mundo relativista en el cual vivimos. Pero, ¿qué esa sola cosa importante? Descubrir el significado de nuestra vida, indagar sobre cuál es su origen más allá de la generación corporal provista por nuestros padres, aprender cuál es nuestra finalidad en esta vida y descubrir el orden de esta vida terrenal a otra vida ultra terrena y vivir en consecuencia. Poca cosa, mejor sigamos mirando televisión o trabajando frenéticamente sin nunca pensar en eso.
Buen comentario- agradezco recibir los artículos.Debería conocerse esta escuela de filosofía aplicada en otras provincias. Soy de Entre Ríos, abogada, escribana, pero la esencia humana es la base. He adquirido los libros. Podría hacer una presentación el Prof. Landolfi en Paraná que tiene vida cultural pero no es conocido todavía. gracias
Hugo.
Te agradezco que compartas este mensaje con todos nosotros. Pienso que este tema está relacionado con «el sentido que le damos a la vida», por lo general la mayoría de las personas han crecido con la idea de que su identidad y su valor personal depende de aquello que llegan a poseer, es algo así como un «yo soy todo aquello que tengo, el título que ostento, la posición que logro en la sociedad» Creo que de allí nace la idea frenética de que la vida es muy corta y hay que hacer la mayor cantidad de cosas posibles antes de irnos de aquí para siempre. Esa es su prioridad. Pienso que la vida es algo más que ese juego frenético al que somos sometidos desde niños, cuando nos numeraban y nos premiaban con medallitas que sugerian que eramos «el mejor» de la clase y de alguna manera nos enseñaban a «competir». Este aparte de la Bilblia es maravilloso, porque Jesus nos enseña que pese a todo ello tenemos la capacidad de elección sobre nuestras propias prioridades… las labores de aquella casa estarían allí todos los días mientras que Jesús no. ¿qué era lo más importante? es una cuestión de elección.
Querido amigo Hugo,
Espero te encuentres feliz…
Como siempre, me encantan tus articulos, reflexiones, comentarios, EXCELENTE !!! blog..
Por favor contiunua con tus esfuerzos es de una gran contibucion.
gracias por estas capsulas de reflexión que me ayudan en muchos momentos y me dan una perspectiva diferente ante muchas situaciones
Estimado Hugo, recibo tu reflexión en este domingo y me siento movido a sintonizarlo con la palabra misericordiosa central del Evangelio de hoy: «¡Efetá!», ha dicho Jesús al sordomudo al momento de meter sus dedos en sus oídos y mojar con su saliva la lengua reseca del hombre. Tú nos preguntas: ¿Con quién te identificas? ¿Con Marta o con María? Es una buena pregunta y, talvez, tal como tú señalas, muchos optemos por el «activo rol» de Marta…; de Marta, que encarna igualmente la figura del sordomudo que necesita la acción sanadora de la Palabra Divina para abrirse a la audición y atenta escucha y comprensión de la enseñanza evangélica, para liberar nuestra lengua a la proclamación de la Verdad a través de las obras que nos desaten de las ataduras de las cosas pasajeras. Pero, ¿queremos ser en verdad liberados? ¿Habrá quienes nos lleven ante Jesús para que nos imponga sus manos, y nos libere de ser Marta transformándonos en María, curiosamente, ambas hermanas distintas de un mismo Lázaro resucitado?
REALMENTE ES INCREIBLE!
LLEGO DE UN RETIRO ESPIRITUAL Y AL DÌA SIGUIENTE ABRO ESTE MAIL!
EN TODO EL RETIRO ME PREDISPUSE A TOCARF EL TEMA DEL ORDEN INTERIOR Y AQUI TENGO PARTE DE RESPUESTA GRACIAS MUCHAS Y ABRAZOS.
Querido Hugo:
Como siempre tus refelxiones son una contribucion al crecimiento integral de todos los que te leemos. ! Que Dios llene de más sabiduría.!
Hola Hugo:
Coincido contigo plenamente, evadimos ser como María porque preferimos ser como Marta.
Hace poco, estuve conversando con una mujer joven que no parecía entender, claramente, lo que yo le decía sobre este tema, es decir, que malgastamos nuestro tiempo en cosas vanales y dejamos a un lado lo que realmente es importante (nuestro conocimiento interior).
Ella me escuchó en silencio mientras yo le explicaba los beneficios que nos reportaría invertir el orden de nuestras prioridades. Luego de un rato, me sorprendió con sus palabras sencillas: «qué tonos somos al no hacer lo que debemos».
Así es, estamos dormidos aún, pero, paultinamente, iremos despertando, para hacer surgir al hombre iluminado, en un contexto global.
Saludos a todos
Antes de todo te saludo Hugo.
Estupendo articulo, muy reflexivo debo decir me encanto, mis felicitaciones ya que has dado en el punto exacto o como dicen «en el clavo» muy acertado, coincido contigo.
Dios te Bendiga Hugo y saludos a Todos!
Bueno, por primera vez recibo uno de sus articulos y me parece espectacular, claro que creo que el problema con nosotros los humanos es que por estar preocupados hacemos cosas en el momento que coresponden otras como martha y es hally donde fallamos. gracias hugo DIOS TE CONTINUE BENDICIENDO.
Hola! Hace muy poco que me suscribí a este blog y aunque es poco el tiempo que tengo para leer los artículos,los disfruto cada vez que puedo.Respecto a este en particular creo que muchas veces no es que no sepamos que es lo que es mejor para nosotros, sólo que creemos en lo que podemos obtener ya, porque el futuro parece demasiado esfímero como para preocuparnos por él. Lo que quizás deberíamos cuestionarnos es que es lo que nos hace felices porque si el no conseguirlo nos afecta, es ahí cuando debemos poner nuestros anhelos en una balanza de prioridades..
Un saludo grande Hugo, y gracias por compartir está reflexiones porque quizás muchos de nosotros hallamos pensado en ellas alguna vez pero pocos tenemos la habilidad de ponerlas en palabras.
Ante las realidades que nos presenta la vida, podemos dejarnos atrapar por la voragine de actividades que el mundo nos propone (cine, TV, deportes, juegos,etc; Sin ser estas malas de por sí).Pero tal vez todas esas actividades, desvían nuestra vista de la eternidad, de Dios.Maria escogio lo que Jesus dijo que era la cosa «necesaria», pues para enfrentar esta vida con dignidad, con la dignidad que Dios ha dotado al «hombre» al hacerlo a Su imagen, necesitamos de Su Palabra como una lampara a nuestros pies.Todo lo demas, como usted lo dice en el articulo, es cuestión de prioridades, pero lo necesario es cuidar nuestra relación con el Dios que nos dió la vida. Muy buenos articulos, nos hacen meditar.
Cool!
gracias le doy ud, por esta reflexion, pues estoy todavia a tiempo de volver a ser lo esencial en la vida, que bno que esto me hace meditar en la vida mia, pues aveces en este materialismo que tanto critico, me confundo entre estudio trabajo y otros quehaceser y dejo lo principal escuchar al maestro sentado o postrado asus pies como lo hizo aquella mujer de ese tiempo, en serio don hugo muchas gracias y siempre sus articulos o comentarios me ayudan mxo.
chaoo
Hola.
No lo conozco, pero me llamó la atención su blog. Con todo el respeto, le pregunto cuál es esa esencia de vida, ese verdadero sentido de la vida del que usted habla en Marta o María?.