El ejercicio cerebral puede ayudar a mejorar el funcionamiento de las funciones cerebrales. Al igual que cualquier otra actividad aeróbica para el corazón y los músculos, ejercitar el cerebro es esencial para mejorar su actividad. Todo esto está relacionado con la estimulación de las células nerviosas del cerebro.

La activa estimulación neuronal ayuda a la activación de nuevas conexiones entre las neuronas que posibilitan el paso de información de una célula a la otra. Dicha estimulación proviene de los sentidos y es activada al encontrar diferentes tipos de estímulos día a día.

Aprender a escribir, por ejemplo, ayuda a proveernos el estímulo que permite que las células nerviosas del cerebro creen nuevos caminos por donde transmitirse la información. Pero cuando este estímulo se convierte en una actividad rutinaria, los circuitos neuronales quedan fijamente establecidos y no se realizan nuevas conexiones. Lo que las células nerviosas del cerebro necesitan son nuevos tipos de estímulos que les permitan desarrollar nuevos circuitos.

En el ejercicio cerebral, la idea de que la mente experimente nuevos estímulos es ponerla a trabajar. Lo que debes ser capaz de hacer es intentar hacer tareas rutinarias, pero de modos diferentes.

Al igual que con el ejemplo previo de la escritura, el ejercicio rutinario debería ser practicar la escritura tanto con la mano derecha como con la izquierda. Para un niño que recién aprende no creo que le resulte más complicado escribir con la izquierda que con la derecha, pero para una persona que ya está acostumbrada a emplear su mano derecha para escribir es seguro que no le será tan sencillo. Y esto se debe nada menos que a que el cerebro de dicha persona sólo conoce un tipo de estímulo (el escribir con la mano derecha) y ya se ha acostumbrado a éste. Al hacer que la persona intente escribir con su mano izquierda estaremos presentándole a su cerebro un nuevo tipo de estímulo, completamente diferente al usual.

El ejercicio cerebral es aplicable a muchas actividades de la vida cotidiana. Por ejemplo, intenta cepillarte los dientes utilizando tu mano izquierda, si usualmente lo haces con la derecha. O si sueles quedarte en casa todo el día, intenta ir de campamento durante el fin de semana y disfruta de los diferentes estímulos que percibirás al estar en un ambiente poco usual. La clave es romper la rutina con el fin de ayudar a que las neuronas de tu cerebro formen nuevas conexiones posibilitando así nuevos patrones de transmisión de información entre ellas.